ASOCIACIÓN 

ARTE, ARQUEOLOGÍA E HISTORIA

DE CÓRDOBA

 

 

 

 

 

ACTIVIDADES REALIZADAS EN 2009

 

 

 

 

 

 

 

 

Texto:

Baldomero Alcaide Pérez

Juan P. Gutiérrez García

Nieves Torrent Ruiz

 

Fotografías:

Rafael Gutiérrez Bancalero

Ildefonso Robledo Casanova

Juan de Dios Vilchez Pérez

 

 

 

 

"Ampliando horizontes"

 

 

Ferrocarril minero de Río Tinto

Imagen: Robledo

 

 

Asamblea General de la Asociación

 

El último sábado de enero de 2009, tiene lugar la Asamblea General Ordinaria que anualmente ha de celebrarse de acuerdo con lo dispuesto en los Estatutos de la Asociación.

Siguiendo la costumbre, el Presidente solicita de la Asamblea soberana que presente propuestas para presidir la Mesa que dirigirá los debates y redactará los acuerdos que tomen los asociados en uso de su deber y derecho de cuestionar, proponer y aprobar, en su caso.

Presidida la Mesa por Lorenzo Castro Villarreal con  Nieves Torrent, como Secretaria de Actas, se da lectura al acta de la sesión anterior, que es aprobada por unanimidad.

Acto seguido, el Tesorero informa  de la economía de la Asociación explicitando los gastos e ingresos habidos durante el año 2008 y proponiendo el presupuesto elaborado para el año que comienza.

Los asociados prestan su conformidad a las cuentas presentadas con el voto afirmativo de todos los presentes, aunque un asociado hace público que “las cuentas no deben aprobarse  sin más. Las cuentas deben aprobarse con un “cum laude” dada la dedicación que requieren y la honestidad que se ha de tener”. Aplausos.

A continuación, el Presidente relata las actividades llevadas a cabo al tiempo que lamenta no haber hecho Almedinilla por el mal tiempo, Carteia por falta de interesados y los Dólmenes de Los Pedroches.

Propone algunas nuevas para el año que se abre, tales como: Torreparedones, Cerro del Hierro, Doña Mencía, Carteia-Gibraltar, Cabra, Río Tinto, y el Aula de Historia (2ª edición).

La Sra. Rosario Alcántara pregunta sobre el viaje de verano y propone la Ruta del románico por Cataluña.

Dª Dolores Borlado se inclina por visitar Las Edades del Hombre (Soria).

La Sra. Memín propone Desde Perpignan a Carcaçone con su paisaje de  minas, balnearios, viñedos, ...

Un asociado propone se suba la cuota ya que se lleva mucho tiempo con 30 euros. El presidente se opone a tal propuesta, aunque el Tesorero informe de que se están devolviendo recibos en mayor proporción que otros años y de que las subvenciones hayan disminuido, pues todas las Instituciones han reducido su aportación.

No se aprueba la moción, aunque se admite la sugerencia de ampliar las fuentes de financiación, tales como ADIF.

Porque no hay más asuntos que tratar la Asamblea se da por terminada siendo las 12:40 del día ut supra.

 

  

Presentación de la Revista n.º 16 (12-01-09)

 Con el ambiente festivo propio del bautizo de una criatura, los asociados y autores se reúnen en el Salón de Plenos de la Diputación Provincial para celebrar la puesta de largo de la Edición n.º 16 de la Revista de la Asociación “Arte, Arqueología e Historia”.

El anfitrión, Sr. Mariscal, Diputado provincia de Cultura nos da la bienvenida a la Casa Provincia, Palacio de la Merced, congratulándose, una vez más, de que sea sede dela presentación del nuevo número de la Revista, muestra de la obra fecunda de la Asociación que la promueve y le da nombre.

Al tomar la palabra el Sr. Presidente, D. Francisco Olmedo, en primer lugar, agradece a “los atrevidos” autores las aportaciones que altruísticamente  hacen a la Asociación para que dé vida a la Revista.

D. Ildefonso Robledo presenta el número entregado hoy resaltando la portada[1] y que 14 artículos están relacionados con la provincia de Córdoba (Benamejí, Conquista, Doña Mencía, Cabra, ...); cuatro con otras provincias (Jaén, Sevilla,...), lo cual es una muestra de nuestra vinculación extracapitalina.

Explica cómo se financia la publicación, reconociendo, especialmente, el Convenio firmado con la Diputación, así como las aportaciones provenientes de la Junta de Andalucía, Ayuntamiento, CajaSur, además de las casas comerciales que también colaboran con sus aportaciones económicas.

Y, sobre todo, agradece a los autores su contribución sin compensación económica alguna.

Acto seguido, hace un pequeño resumen de todos y cada uno de los 27 artículos publicados en este número 16, enero 2009.

Hace público, una vez, que también podemos leerla a través de Internet como ya han hecho los 118.137 internatuas que han visitado nuestra Revista durante el año 2008.

Creada la necesidad de leer los artículos tras el bosquejo presentado por el Sr. Robledo, termina el acto con las palabras de ánimo del Sr. Diputado provincial de Cultura que vuelve a desear larga vida a la Asociación y a su Revista que, tal vez, deba empezar a pensar traducirla a otros idiomas, dada la expansión internacional que va teniendo.

 

  

Cabra: Prosperidad y conquista (12-02-09)

 Como es tradicional, Cabra nos recibe en la Plaza Vieja de la Villa, al pie del antiguo Castillo – Palacio de los condes de Cabra, hoy convento de las MM. Escolapias en el que tienen instalado su colegio “San José”.

Mirando hacia atrás, nos cuentan que fue ocupado por los PP. Capuchinos, al ser dejado por los condes de Cabra que lo habitaron desde el s. XV, tras quitárselo a los árabes que levantan una fortaleza, S. XI, en el solar  de unas ruinas romanas.

El paso del tiempo y la acción humana nos han dejado un edificio en el que sólo se conservan su trazado rectangular, parte de sus muros y dos torres, una de ella, la del Homenaje.

Arribados a la Plaza Alta nos detenemos ante el escudo de la ciudad: dos cabras trabadas en faja en campo sembrado de estrellas  en el primer cuartel, y cinco cabezas de moros mirándose entre sí las de los flancos extremos.

 O sea, la prosperidad (el ganado)  y la conquista (Diego Fernández de Córdoba, II conde Cabra, capturó a Boabdil, tras la batalla del arroyo Martín González, 1483)

 

 

Rincón mudéjar en el castillo de Cabra

Imagen: Vilchez

 

 

La entrada a lo que fue el castillo nos ofrece, en primer lugar, el Patio de la Soledad que, en tiempos, separó la parte  ocupada por los condes de Cabra de la que donaron a los Capuchinos que se mantienen aquí hasta la desamortización de Mendizábal.

A su izquierda, la Capilla barroca en la que es digno de disfrutar el lienzo de Valdés Leal: La Visión de San Francisco en la Porciúncula.

A la derecha del patio, el renacentista de las Columnas que habitaron hasta los VI condes de Cabra. Desde él se tiene acceso al Salón Redondo, dentro de la torre del Homenaje: estructura árabe, decoración mural  de influencia orientalizante del XIX y  muebles del XX para que hagan juego con las pinturas.

Las campanas nos orientan ahora hacia la Iglesia mayor de Cabra. La parroquia de la Asunción y Ángeles, barroca, aunque de origen visigodo que, después,  debió ser un mezquita, terminando como templo cristiano a partir de la entrada de Fernando III en esta ciudad el día de la Asunción de la Virgen, 14 de septiembre. De ahí la advocación del templo.

Un retablo barroco de Melchor Aguirre, preside un  presbiterio, que puede estar levantado sobre un trozo del patio de las abluciones. El pueblo fiel ocupa el espacio de las cinco estrechas naves con arco de medio punto peraltados, delimitadas  por 4 x11 columnas, en las  que predomina el rojo del mármol empleado en su construcción.

Al fondo, el coro con sillería de Francisco Javier de Pedrajas

Por fuera: la torre que no deja de ser un minarete cristianizado y al frente la muralla desde la que divisamos el barrio del Cerro y la sierra.

De la Villa (primero, asentamiento ibera; luego, la Medina) al Barrio del Cerro (la Axerquía) cuya calle larga, enmarcada por un arco de cuando en cuando[2],  desemboca en la plazuela, donde se encuentra la visigoda iglesia de Santa María la Mayor, hoy bajo la Advocación de San Juan Bautista.

Aunque de origen medieval, nos ofrece un aspecto barroco, producto de las reformas del S. XVIII. Dentro tiene la piedra de consagración basilical del 650.

Por la Puerta del Sol, construida en el S. XX en el mismo lugar y con la misma estructura que tuvo la primitiva puerta sita en ente lugar, salimos de lo que antiguamente sería el arrabal cristiano.

Nos dirigimos ahora a la sede la Fundación de Carmen Jiménez Flores, Vizcondesa de Termens por obra y gracia de su amante D. Antonio de Orleáns, quien le consigue el título nobiliario inventándole una genealogía con raíces en la batalla de Termens (Lerida).

¡ Ay, del poder¡ que adquiere título y disfruta del placer, tal como hizo Dª Carmen que, casada con un infante de marina para guardar las formas, se echó a su vez un amante: el chorilomo, como le llamaron en Cabra.

Al final, se dedica a la beneficencia, que no es lo mismo que a la justicia, regalando 1.000 molletes el día de su santo, concediendo becas, creando un Grupo Escolar, año 1932,  para que “los hijos de los pobres del pueblo recibieran gratuita la cultura  necesaria para la vida encauzada  (eso sí) en el santo temor de Dios (...)”, y  construyéndose una “(...) capilla (que ampare sus)  venerados restos  (...)  como reliquia para la Humanidad en los siglos venideros. Bendito sea el Señor que de tal modo toca el corazón de las almas grandes en esta tierra” que se construyen un gran mausoleo donde enterrarse junto a su padres (José Jiménez, 1826 – 1876) y Mª de la Sierra Flores, 1828), como el que edificara Benlliure para honor y loor de Doña Carmen Jiménez Flores, muerta el 3 – 01 – 1938.

 

 

Castillo de Cabra

Imagen: Vilchez

 

 

Fuera de los barrios tradicionales, nos llegamos ahora a la iglesia del primer  convento establecido en Cabra: el de Santo Domingo, fundado el 22-03-1550, del cual queda poco más que la nave inicial del templo, según planimetría propia de la Orden dominica.

Es levantado en el lugar de una pequeña ermita, llamada de la Doctrina, S. XVI. Su portada es de caliza blanca: base de sillería, dos columnas barrocas negras, capiteles corintios, entablamento con la Purísima en hornacina entre estípites, frontón partido.

En su interior, una nave, tipo “cajón”,  bóveda de cañón y  arcos de medio punto para las capillas laterales.

a excepción del retablo de confección actual, de hace unos 15 años, se conservan obras y capillas de los siglos XVIII y XIX, principalmente.

Por ejemplo: el Cristo del silencio, S. XVI. Sus hermanos llevan una cruz y una cadena a los pies cuando lo procesionan en silencio total.

El Señor de las tres gracias, que son las que se le pueden pedir, aunque sólo concederá una de ellas.

La Capilla del Santísimo dedicada a Nuestra Señora del Rosario con el “Zoilo”  o Cristo procesionado por los panaderos.

A este cronista le gusta mucho la ternura de los angelotes besándose con que se adornan todas las columnas.

Otra ermita, la de Santa Anal, en este caso,  reconvertida en iglesia es la barroca de la virgen de la Soledad que atendía a los huertanos de los alrededores. Sus imágenes proceden de la ermita del Calvario.

Aparte del patrimonio, merece especial consideración el Instituto Aguilar y Eslava, antiguo Colegio de Estudios Mayores de la Purísima Concepción que fundara en 1679 don Luis de Aguilar y Eslava.

En su local, una casa del S. XVIII, se encuentra el Museo de Historia Natural, cuyo origen está en el Jardín Botánico creado por el Instituto en 1859.

En sus vitrinas podemos observar ejemplares de agricultura, entomología, zoología y botánica: minerales, mandíbulas de ballena, colmillos de elefante, animales disecados, la cabra hispánica,  (águilas, , peces, cordero con dos cabezas, cabritos siameses, lince, esturión, garzas, cigüeñas, lobo, ...

La sala de documentos y benefactores nos ofrece una galería de  retratos de personajes relacionados con la Institución. Entre ellos tenemos el Manuel González – Meneses (1916 – 1930), gestor que consigue que el Instituto sea declarado de Beneficencia docente, 1917.; el del obispo Andrés Rosales Muñoz, antiguo colegial; el de su catedrático de Economía política don José de la Peña y Aguayo; el del escritor Juan Valera; el del ministro Joaquín Belda y Mencia del Barrio,...

Podemos ver también los expedientes de Pedro Garfia y Zurita, 1901; Niceto Alcalá Zamora y Torres, 1877, Blas Infante Pérez,  entre otros.; el testamento de Luis Aguilar y Eslava (1679), Cuestionarios, RR. Provisiones e, incluso, un arca de cuatro llaves.

Nos llama la atención el mueble más antiguo del Instituto: la cátedra de Teología de 1710, “grande con sus tableros (de madera de álamo blanco y nogal) y en medio las armas del Fundador”.

Al salir, nos detenemos en la colección de grabados en la que destacan: la Virgen del pez (1782), Carlos II (h. 1795),  El entierro de S. Lorenzo (1881); Familia de Carlos IV (1885), entre otros.

Ahora sólo nos resta recrearnos un poco en el Paseo Público  Alcántara Romero, como así hacemos.

Y tomar café al run run del agua de la Fuente del Río, como así disfrutamos.

Las puertas de Cabra no se cerraron para nosotros. Volveremos.

 

 

 

... Y  Sevilla

(28-03-09)

 

El Guadalquivir

Imagen: Robledo

 

 

Miguel de Mañara, tal vez, nos hubiera afeado un tanto el buen humor y el buen yantar con que estos asociados han pasado el día en Sevilla  en tiempos de crisis económica, al menos.Cuadro de texto: Hospital de la Caridad

 Mas, pasemos a comentar cómo se desarrolló nuestro día en Sevilla, toda vez que el objetivo de esta Crónica no es hacer valoraciones ni siquiera sobre lo humano.

Comenzamos nuestro deambular turístico – cultural por el Hospital de la Caridad, “casa que durará mientras a Dios temieren y a los pobres de Jesucristo sirvieren y en entrando en ella la codicia y la vanidad se perderá”.

En primer lugar, pasamos al patio de acceso, deteniéndonos en cada uno de los siete azulejos de sus muros laterales e informándonos de que “Están concedidas 1.740 días de indulgencias (...) por conducir el perol de la sopa, distribuir el pan a los pobres, por cada plato que se repartan, por dar gracias a Dios, por cada vez que repriman la ira, (:..), por cada avemaría que recen  (...).

Con esta conformidad, accedemos a la sala de Cabildos, donde se nos comunica: “Seate conocida cosa, que esta casa y toda su fábrica hizo el sabio y claro en sangre Don Alfonso rey de los españoles (...) resplandeciendo con arte completo lo que antes fue arenal infame. Informe  en la era de 1290, año de 1252)

Continuamos nuestro recorrido, si  bien es verdad que nosotros no cumpliremos con la norma que dicta que “el hermano tiene obligación de guardar secreto de lo que los cabildos se tratase sea de mucha o poca importcia

Pasamos, luego, al templo levantado porque “si a los reyes, que han comido los gusanos (...) les han hecho tan suntuosos sepulcros y panteones, es razón que nuestro amor al Rey del cielo (...) le hagan a su sagrada imagen el más suntuoso sepulcro”, aunque, una Hermandad “(cuyo)  fin principal (e) sepultar a los muertos” de enfermos abandonados y el enterramiento de ajusticiados y ahogados, hubiera de gastarse 12.000 ducados (arquitectura y escultura) más otros 10.000 (dorado y policromía) sólo en el retablo del altar mayor.

Salimos a la calle. Nos detenemos unos momentos ante la barroca fachada de la iglesia y con la seguridad de que nos protegerá la espada de San Fernando nos vamos ahora a las Atarazanas (Maestranza de Caballería reynando Carlos III, año de 1786” . Edificio singular donde “ hace 150 años se creó  (...) la primera escuela de aprendices en la que se formaron magníficos maestros de taller y obreros (...). año 1957”

 

 

Sevilla

Imagen: Robledo

 

 

Cuadro de texto:

Pero la curiosidad sigue en pie. Así, pues, el “Museo de Pinturas, año 1835” nos espera. El antiguo convento mudéjar de la Merced Calzada  hoy transformado en manierista  Museo de Bellas Artes nos ofrece su magnífica colección de pintura procedente de desamortizaciones, donaciones particulares y adquisiciones de la administración pública.

Sala I o de lo Medieval gótico. Es posible ver cómo el conceptual románico da paso al acercamiento a la persona del gótico, como podemos observar en un Ecce Homo que ya no tiene la rigidez del románico en su modelado.  A nuestra vista se ofrecen: pinturas con reminiscencias bizantinas (fondos dorados que nos acercan al mundo de Dios); una Virgen de líneas onduladas que sonríe ya al espectador; otra Virgen con fondo dorado aunque con pliegues un tanto acartonados y perspectiva aún no bien conseguida; un Santo Entierro con caras que reflejan emociones y su Cristo sereno; un San Miguel pesando los méritos, mientras el mal trata de llevarse al alma del difunto en tanto que un ángel intenta lo contrario,...

Sala II del Renacimiento en la Sevilla que atrae a los artistas al socaire del bienestar económico del momento.

Aquí notamos: cómo el Tríptico del Calvario muestra una mayor expresividad, un mejor estudio del paisaje y cómo los personajes se comunican con el espectador; el estucado dorado de la virgen con Niño; los colores venecianos en el Bautismo de Cristo; el manierismo en el Juicio final; la articulación del espacio con una columna y el logro de la perspectiva equilibrada de los personajes en la Anunciación de A. Fernández; la expresión de la severidad en los Retratos de Doña Leonor y Doña Mencía; la dulzura y serenidad de la Virgen en la escultura del violento Torrigiano; la confusión de lo feo (el ladrón malo) y lo guapo (ladrón bueno) en el Calvario de Cranach; el manierismo y la espiritualidad de las caras alargadas en el retrato de Jorge Manuelo, hijo del Greco,...

Sala IV o el manierismo visible en los relieves de retablos que nos encontramos al entrar en esta Sala. La Purificación de la Virgen nos muestra telas un tanto acartonadas, los azules y rojos italianos, ¡una mosca en el brazo del niño¡,..y un brazo doblado que nos induce a ver una mujer embarazada. El naturalismo se nos ofrece en la Cabeza del Bautista con barba bífida (antecedente del Barroco),...

El naturalismo se nos ofrece en la sala siguiente donde nos encontramos con obras que nos muestran:  Retratos (de Pacheco); las Ánimas de A. Cano; a San Hermenegildo con la profundidad lograda con una ventana; a San Francisco de Borja el que no serviría más a nadie que se pudieran comer los gusanos; al Cristo ensangrentado de Roelas; a Santa Ana, cuadro en el que percibimos claramente la diagonal de la perspectiva; una Anunciación en madera, al salir...

La Iglesia del Convento, bóveda de cañón, cabecera plana, planta de cruz de latina, es el escenario donde ver cómo Juan del Castillo muestra  una arquitectura mejor lograda, las proporciones mejor ajustadas, los volúmenes mas precisados, mejor tratamiento de los objetos, detallismo , más movimiento, etc en sus cuadros. Es curioso ver el trabajo de dos autores (Alonso Vázquez, abajo; Juan de Uceda, arriba) en el mismo cuadro: el Tránsito de San Hermenegildo. Se aprecia el movimiento en la Visión de San Basilio; el naturalismo en el Martirio de San Andrés con pincelada más suelta en el fondo del cuadro; el tratamiento de las telas de Zurbarán en la Apoteosis de Santo Tomás, por ejemplo; el modelo de la Inmaculada de Murillo, el drama en la Piedad, la profundidad conseguida por medio de la luz en Santo Tomás de Villanueva... Sevilla empieza a decaer y, sin embargo, lo artístico permanece.

El barroco ligero se nos ofrece, por ejemplo, en San Hugo en refectorio (Zurbarán) con sombras a ambos lados indicando cómo cambian a lo largo del tiempo que hasta convierte la carne en ceniza, la Virgen de las Cuevas bajo un manto nube; la Visita de San Bruno con perspectiva desfigurada,.. Goya,...¡Uf, el síndrome de Stendhal empieza a manifestarse: son demasiados cuadros, demasiadas emociones, ....el descanso, la cervecita,..nos espera. Otra vez seguiremos.

Comida agradable. Charla animada, Café, Torrijas, que se acerca la Semana Santa, Museo Arqueológico... y a Córdoba.

 

 

Por la (...)  estepa castellana[3]”, la Asociación viaja

 

Por Baldomero Alcaide Pérez.

 

El día uno de julio de 2009, iniciamos nuestro viaje de verano que recorrerá tierras de tres Comunidades (Madrid, Castilla – La Mancha y Castilla – León). Nos embarga cierta emoción puesto que visitaremos lugares donde nacieron, vivieron y actuaron personajes tan ilustres para nuestra historia o literatura como fueron Escipión, Almanzor,  el Cid, Cervantes, Antonio Machado y otros a los que tanto debemos.

 

La primera parada es en Almuradiel. Hay que desayunar para reponer fuerzas y también para fomentar la amistad y camaradería entre los asociados. Buen desayuno, abundante y rápidamente servido por unos buenos profesionales del restaurante “El Serrano”. Seguimos hacia Aranjuez donde visitamos el Palacio Real. Este monumental palacio empezó a construirse durante el reinado de Felipe II en el real sitio de Aranjuez. Los primeros trabajos se iniciaron con los proyectos de Juan de Toledo (1561) y de Juan de Herrera (1568). Después se detuvo su construcción hasta los tiempos de Felipe V bajo la dirección de Caro Idrogo; luego con S. Bonavía y, porteriormente, con F. Sabatini (1772).

 

El rey Felipe V pensó edificar en el real sitio un palacio con sus correspondientes jardines, a imitación de Versalles. Impresiona la facha neoclásica del  palacio por su perfección y belleza.

Entrando por el zaguán del primitivo edificio del S. XVI., subimos a la Sala de Alabarderos de decoración sobria: una estatua muy deteriorada[4] de Felipe II a tamaño real (1,55 metros), obra de Pompeyo Leoni;  una chimenea y, en las paredes, varios tapices del XVI que representan, unos, algunas batallas de Ciro; otro, la historia de Vertuno y Pomona.

 

Pasamos ahora a la sala Galería de Paisajes que se utilizaba para pasear por ella los días lluviosos o muy fríos. Entre los paisajes destacan las pinturas alegóricas a las cuatro estaciones. Por una puerta nos asomamos al despacho de Carlos II, obra de Lucas Giordano, con frescos del dios Juno con el rostro imberbe del rey. Seguimos por la Sala de Protocolo, la Sala del Rey adornada con frescos de Giordano, un bellísimo piano del XIX de fabricación francesa y el cuadro conocido como “El suspiro del moro”.

A continuación, entramos en el Gabinete árabe o Sala de fumar de ambiente historicista propio del periodo isabelino por estar inspirado en la sala de las Dos Hermanas de la Alambra.

 

Esta sala,  una de la más conocida y original, fue construida entre 1848 –50, bajo la dirección de Rafael Contreras que dejó su firma impresa en el estuco de sus paredes. El estuco simula azulejos y la bóveda es de yeso esculpido y policromado con decoración geométrica y mocárabes. En la cornisa, una y otra vez, el símbolo de Y2 (Isabel II).

 

Siguen el Salón de baile, el Tocador, Dormitorio de Isabel II con muebles de marquetería, regalo nupcial de la ciudad de Barcelona, Salón del Trono a imitación del existente en el Palacio Real de Madrid,...

 

Impresiona mucho la Sala de Porcelana mandada hacer por Carlos III con porcelanas procedentes de la real fábrica del Buen Retiro, bajo la dirección del italiano Joseph Gricci entre 1763 y 1765. En ella, las porcelanas se atornillan a las pareces sin que se note este efecto.

 

Y más salones y en ellos muebles, relojes, frescos, tapices, cuadros, pianos,...decorando los distintos aposentos por donde vamos pasando.

 

Salimos por la escalera principal cuya vasta caja ocupa toda la crujía entre la fachada y el patio. Fue un encargo que Felipe V hizo a Bonavía que la levantó en cuatro años (1741-1745). Es de tipo imperial y está dispuesta en tres tramos que son característicos del sentimiento escenográfico del Barroco. La decoración de su bóveda no parece en consonancia con la magnificiencia de la escalera que tiene una magnífica balaustrada rococó en hierro forjado, pintada en azul con adornos de bronce dorado, obra de Francisco Barranco. Los peldanos son de una sola pieza de caliza blanca procedente de Colmenar de Oreja (Madrid).

 

La visita continúa por l Museo de la Vida en Palacio situado en la planta baja del mismo: Sala de abanicos, Sala de juegos y de la infancia, Salas de los reyes (desde Felipe V a Alfonso XIII), Sala de viajes y medios de comunicación...hasta terminar en la Sala de maniquíes con los trajes de boda y ceremonia de la Monarquía actualmente reinante.

 

Para finalizar, un paseo por los jardines no viene mal; pero hace calor; así, pues, lo mejor es refugiarnos en el restaurante, una cervecita y a comer.

 

Excelente comida, por cierto. Ahora, a Carranque (Toledo). Sigue haciendo calor, razón por la que algunos viajeros prefieren la comodidad de la sombrita del autobús antes de acercarse al yacimiento arqueológico que nos proponemos visitar.

 

Tras caminar una pequeña distancia, tras atravesar el río Guadarrama, visualizamos un montaje audiovisual sobre el yacimiento que nos ocupa. Aquí, enteramos de que su descubrimiento fue casual se hizo en 1983, que constituye uno de los conjuntos más interesantes del S. IV, que tuvo una estrecha relación con el empereador Teodosio el Grande, ...Luego recorrimos los edificios excavados hasta el momento: el Palatium, el Mausoleo y la casa del tío del emperador Teodosio, Materno Cinergio cuyo nombre vemos en uno de los mosaicos encontrados.

 

Nos detenemos en la Casa de Materno. Se trata de una villa construida a base de piedra y ladrillo cuyas habitaciones se dispusieron en torno a un patio central. Estaba dotada de su sistema de calefacción y de agua corriente. En el triclinio se escenifica la devolución de la esclava Briseida a Aquiles. La mayor parte de las dependencias están pavimentadas con mosaicos con motivos tales como: El rapto de Hylas por las ninfas, la muerte de Píramo y Tisbe.

 

La planta se adapta a las irregularidades del terreno  mediante un sistema de terrazas. Hay un bello busto del dios de las aguas, Océano, en una fontana levantada en la terraza superior.

Sigue haciendo calor. El cansancio empieza a hacer mella en los viajeros. Regresamos a Madrid, ducha, cena y...todavía hay gente que se da un paseo por Madrid.

 

 

 

Alcalá de Henares

Imagen: Bancalero

 

 

 

 

Segundo día, de la mano de Merche: excelente guía, amena, docta, simpática y amable, nos vamos a Alcalá de Henares: la Complutum  romana en la vía Zaragoza – Mérida, la Alqalat Ibn Salam árabe,  aunque su ubicación actual sea en el Campo laudable, lugar donde se creía que estaban enterrados los niños mártires, Justo y Pastor.

 

En primer lugar, visitamos la Casa de Hipplytus, sede del Colegio de jóvenes hijos de las principales familias de la ciudad. Pasado su pórtico, a su derecha, se encuentra, aislada del resto del edificio, la biblioteca dotada de un curioso sistema de botellas de cerámica adosadas a las paredes que la defienden del frió y del calor. A continuación, tras reconocer unos enterramientos visigodos, pasamos a un patio con un estanque trilobulado, lugar de recreo del colegio. Luego, el caldarium con zona de termas. Más allá, la cocina con letrinas, una fuente y la canalización de las aguas fecales. Sigue el Jardín oriental  con exedras semicirculares donde se daban las clases con profesores griegos. Y así, llegamos al patio central (frigidarium) con piscina de agua fría que, al desaguarse, limpiaba de paso las letrinas. En el suelo de la piscina, un mosaico, bien conservado que representa la pesca de peces y moluscos del N. de África, firmado por Hippolytus de la casa de los Annios. Y, de aquí, a la zona de culto donde se cree que hubo un pequeño templo dedicado a Diana, de la cual vemos una copia de una pequeña imagen de la diosa encontrada en este mismo lugar.

 

Ahora, nos adentramos en la actual Alcalá de Henares. Descansamos un poco en su plaza con el convento de las Bernardas. Descubrimos el Museo Arqueológico Regional asentado sobre un convento fundado en 1562 y donado en 1565 por doña María de Mendoza a los dominicos. Su patio es renacentista con columnas de granito. En su planta baja vemos dos sarcófagos con restos humanos y restos óseos de mamut y tigre leonado, entre otros. En las paredes, mosaicos. En la iglesia, con planta de cruz latina, vemos que sus naves central y laterales se hallan separadas por columnas y arcos de medio punto. Que en los brazos de la cruz han colocado sendos mosaicos: Zeus y Leda en uno; Aquiles y Pentesilea, en el otro. A destacar, la cúpula encamonada, muy ligera de peso, inventada por un jesuita español del S. XVII.  En la parte superior, junto a la bóveda, se ha acondicionado un pequeño museo con piezas relacionadas exclusivamente con la ciudad de Alcalá.

 

Paseo por el Barrio Judío: Palacio episcopal: tres plantas, fachada renacentista de Covarrubias, escudo en terracota del cardenal Tavera, Torre levantada sobre piedras romanas y Salón de Consejos de estilo mudéjar.

 

A la calle Mayor, toda porticada con basas y capiteles diferentes en cada columna. Enseguida nos llaman la atención las dos esculturas en bronce de D. Quijote y Sancho: Nos hallamos ante la casa de Cervantes. Es de dos plantas, tiene un patio renacentista, alrededor del cual se distribuyen las diversas estancias: cocina, comedor, despensa, dormitorios, consulta del padre,..., todo con sus muebles correspondientes. Y, arriba, la exposición de cientos de ediciones del Quijote de todas épocas y en las más diversas lenguas.

 

Al lado, el hospital de Nuestra Señora de la Misericordia fundado por D. Luis de Atezana y su esposa D.ª Isabel de Guzmán. Aquí trabajó San Ignacio de Loyola. A pesar de ser uno de los más antiguos de Europa, sigue siendo lugar de acogimiento de necesitados aún hoy día.

 

Es la hora de comprar postales, tomarse unas cañitas y, sobre todo, descansar comiendo o comiendo para descansar, porque nos espera la Universidad, la Capilla del Oidor, la Catedral y el corral de comedias.

 

El complejo de la Universidad, tras ser desamortizado, cayó en el olvido y tuvo que ser salvado de su progresivo deterioro por una Sociedad de Condueños que lo compran al conde de Quinto a finales del XIX. Hoy, es sede del Rectorado, internado para universitarios y centro cultural.

Es un placer detenerse ante su fachada, joya del plateresco, obra de Rodrigo Gil de Hontañón, 1556. Entrando, pasamos, sucesivamente por el patio de Santo Tomás de Villanueva, el patio de Filósofos, el Trilingüe, el Paraninfo, ..., a desembocar en la Capilla de San Ildefonso punto de inicio de todo el complejo universitario allá por el año 1500.

 

Esta capilla fue construida entre 1500 y 1512 bajo la dirección de Pedro Gumiel y diseño estilo Cisneros, de lo que queda constancia en los cordones franciscanos que adornan las paredes. Es lugar de reposo eterno de personajes, tales como Nebrija, Pedro Gumiel, Cisneros[5] .

 

Es una lastima que no se haya restaurado su artesonado todavía.

 

Cerca de la Universidad, tenemos la Capilla del Oidor, que formaba parte de lo que fue ermita de San Juan de los Caballeros. Una reja del s. XVI da paso a esta capilla en que es de admirar el magnífico arco mudéjar. Aún se conserva aquí la pila donde Cervantes recibió las aguas bautismales. Una copia de su partida de Bautismo está a la vista del viajero. Ahora bien, si Vd. quiere ver el original, pásese por esta capilla el 9 de octubre.

 

A su lado, la Catedral – Magistral, así llamada por ser donde el obispo tiene su cátedra (Catedral) y el Cabildo estar integrado por los canónigos Magíster (Magistral)k de la Universidad.

 

Incendiada en la Guerra Civil 1936-39, menos la torre y la portada plateresca con el cordón franciscano y su puerta con arco trilobulado y los escudos de Cisneros. Hoy esta reconstruida.

 

La amplia plaza de Cervantes, presidida por su estatua, y el Corral de comedias en ella ubicado nos invitan al descanso, que se agradece tras disfrutar de la “ciudad de las tres culturas”.

 

Tercer día, a Sigüenza. Nuestra primera parada la hacemos junto al parque de La Alameda, construido como colofón al barrio barroco. Junto a él, el Humilladero, de fachada manierista, donde los pastores rezaban mientras su ganado saciaba su sed en el abrevadero anejo.

 

A continuación, subida al castillo dejando la muralla a la izquierda y, a la derecha, el barrio llamado de Extramuros de casas construidas con sillares de arenisca roja. Tras dejar atrás la iglesia de Santa María del Arrabal, ascendemos al punto más alto de la ciudad donde se encuentra lo que queda de la fortaleza romana un día; luego, ciudadela visigoda; más tarde, alcazaba árabe, y después, residencia de los obispos, señores de la ciudad desde el s. XII hasta la Desamortización y abolición de los señoríos del XIX, que hace entrar al  monumento en su periodo de abandono. En los años 60 empieza su restauración que termina con su conversión en Parador Nacional inaugurado en 1976

 

Antes de entrar por  el Portal Mayor podemos ver lienzos de la antigua muralla exterior cerrada en el S. XV durante el mandato del cardenal Mendoza. Pasamos, ahora, al Patio de Armas donde aún se identifican la tahona, los almacenes y las caballerizas. Y, en la planta superior, la capilla y la celda donde estuvo prisionera la esposa repudiada por Pedro I el Cruel, D.ª Blanca de Borbón, antes de enviarla al destierro. Dicen, aunque nosotros no lo vimos, que el fantasma de la dama aún pulula por el castillo.

 

A los palacios subí”, se dicen los viajeros, bajemos, pues, a la ciudad cristiana.

 

Recorrido por las empinadas calles de Sigüenza: Entrada por Puerta del Hierro, fielato ya en el S. XII, que tiene arco de medio punto y dos torreones a ambos lados. Sus sillares verticalmente colocados nos recuerdan el estilo del maestro constructor de las murallas de Ávila. ¿Sería el mismo?.

 

En su exterior, está la Casa del inquisidor desde el S. XV, una antigua sinagoga que servía al barrio judío extramuros.

 

Seguimos por la antigua Plaza Mayor o Plaza de la Cárcel con su lado sur porticado hasta llegar a la iglesia de San Vicente, patrón de la ciudad. Este templo se empezó a construir en 1156, bajo el mecenazgo del obispo  Don Cerebruno. Tiene una sencilla portada románica con tres columnas a cada lado terminadas en capiteles con adornos vegetales y tres arquivoltas. Es curioso ver que encima de la puerta hay una virgen gótica, descentrada respecto a la puerta, pero centrada con la calle de enfrente. Iglesia del románico protogótico con una sola nave. El altar está presidido por un Cristo de talla policromada del XII – XIII.

 

Frente a la iglesia de san Vicente, vemos la Casa del Doncel que da nombre a la plaza que se abre ante ella. Esta casa, residencia de los Vázquez de Arce (de origen montañés) y Sousa (origen portugués), es de estilo gótico civil, construida en piedra, y tiene tres pisos con altura descendente. Su puerta, de arco de medio punto, encuadra dos escudos nobiliarios. Encima de ella, dos ventanas y sobre éstas, una cornisa con gárgolas y bolas. El tercer piso, que también lleva una ventana, termina almenado.

En el interior, es de destacar el arco mudéjar del s. XIV que da paso a una estancia con yeserías y un friso con adornos cúficos con la leyenda: “Reino para Dios. Adoro a Dios”. La luz le entra por una ventana trilobulada con celosías.

 

El piso alto de la casa aún conserva intacto el entramado de vigas, algunas de ellas de madera de sabina inatacable por la polilla.

 

De la Plaza, a la paseable calle Mayor con el convento e  iglesia de Santa Clara de portada románica. Enfrente, la iglesia de la hostería Porta Coeli (S. XV), antigua sede de la Universidad de Sigüenza que funcionaba como un apéndice de la Universidad alcalaína.

 

Hostería que sólo admitía a doce estudiantes, cuatro de ellos, pobres, que habían de, además de ser cristianos viejos, castellanos, no podían padecer enfermedad contagioso ni haber trabajado nunca manualmente. ¿Trabajar manualmente era, tal vez, una enfermedad contagiosa?, se pregunta este cronista.

 

Desembocamos, ¡cómo no¡, en la renacentista Plaza Mayor, mandada construir por el cardenal Mendoza, S. XV, para abrir el debido espacio ante la Catedral, rodeada por casas nobiliarias, el palacio de los Deanes (actual ayuntamiento) con uno de sus lados porticado y la posada del Sol.

 

Y la “Fotis Seguntina” o Catedral – fortaleza de Sigüenza, flanqueando una fachada con un amplio atrio cerrado con reja forjada.

 

Fue don Bernardo de Agén, conquistador de Sigüenza en 1124, el iniciador de la obra catedralicia y el que le imprimió su carácter militar definido por sus dos torres almenadas, cuadradas y con gruesos contrafuertes.

 

Templo de una gran sobriedad atenuada levemente por el rosetón y las vidrieras de los ventanales románicos. Aquí el románico se combina con el gótico; el renacentista, con el plateresco; el barroco, con el neoclásico.

 

La Capilla Mayor posee un bello retablo de madera policromada terminado en 1611. Sobre él, siete ventanales góticos iluminan la capilla cerrada con una majestuosa reja forjada por domingo de Zialceta, entre 1628 y 1633.

 

Nos vamos deteniendo en los siguientes altares, capillas  y estancias:

 

1.- Nuestra Señora de la Mayor, con una imagen románica de la Virgen (S. XII) flanqueada por columnas salomónicas en mármol rosa y negro.

 

2.- Santa Librada y el sepulcro de D. Fadrique de Portugal, de estilo plateresco.

 

3.- Capilla de Santa Catalina o del Doncel “por antonomasia”, esculpido semiyacente en la tapa del sepulcro donde reposan los restos del joven Martín Vázquez de Arce, muerto en 1486 en la guerra de Granada.

 

La escultura es de gran realismo. Véase la perfección de los dedos, la cara, los cabellos y las hojas del libro. También es muy original por la postura que adopta el doncel, semiacostado, con la cruz de Santiago al pecho y con un libro abierto en sus manos; o sea, un guerrero culto: ideal caballeresco de la época de los RR. CC.

 

4.- La manierista Sacristía de las Cabezas, del S. XVI, única en España. Situada en la girola de la Catedral. Obra de Alonso de Covarrubias. Se accede a ella por una gran puerta de madera, de estilo plateresco,  decorada con catorce mártires tallados en ella.

 

Su techo es una bóveda de cañón con sus casetones cuadrados decorados con cientos de cabezas de personajes de la época, de querubines y de rosas.

 

5.- El Claustro, del S. XVI, edificado a instancias del cardenal Carvajal. Está compuesto por cuatro galerías que se cierran con siete ventanas de arcos apuntados. En el centro, un pequeño jardín renacentista.

 

Comida y en ruta de nuevo. Nos espera ¿la patria del Cid?: Medinaceli, la vieja Occilis  celtíbera, la que los romanos denominaron Mediolum, la Medina Salim de los árabes, la Medinaceli,  cerca del cielo, situada, en plena sierra Ministra,  a 1.200 metros de altitud que nos permiten divisar las serranías ibéricas y el valle del Jalón.

 

Al llegar nos recibe el arco del triunfo romano del triple arcada que pudo ser construido entre los siglos I y II. Callejeamos por la “ciudad del cielo” hasta llegar a la colegiata de Santa María la Mayor: estilo gótico aunque del XVII. Portada reformada en el barroco con un arco carpanel que alberga al grupo escultórico de la Virgen y el Niño. Interior de traza simple, una única nave dividida en tres tramos rectangulares. Capilla mayor pentagonal con la talla del Cristo de Medinaceli. Coro bajo a los pies de la nave.

 

Por la puerta árabe salimos hacia la Plaza Mayor toda ella porticada, donde se encuentran el Ayuntamiento y el Palacio de los Duques de Medinaceli.

 

Y a Soria, que nos esperan en el hotel Alfonso VIII con la cena puesta en la mesa.

 

El cuarto día de nuestro viaje comienza con la salida hacia Numancia, situada a unos 10 kms  de Soria. La visita se inicia en la Casa de Recepción, donde un video con la reconstrucción de la historia y cerco de la ciudad nos da las calves necesarias para entender los restos arqueológicos del itinerario posterior. Terminada la proyección, un guía nos acompaña y, ayudándose de un plano sobre una gran piedra donde están grabados los límites de la ciudad, la situación del río y los puentes donde el general romano dispuso los siete campamentos que divisamos por estar señalados con unos hitos blancos sobre el terreno, nos explica todo lo concerniente al asedio de Escipión a la ciudad hasta lograr su objetivo, año 133 a. de C.

 

 

 

Numancia

Imagen: Robledo

 

 

 

Reconocemos la planificación de la ciudad arévaca que estuvo defendida  por una muralla con torreones.

 

Observamos:

 

a) Cómo las calles están orientadas E –W para defenderse del viento norte dominante.

b) Que las casas se agrupaban en manzanas en tramos escalonados para cortar y protegerse del viento sin dejar espacios libres.

c) Que las calles tenían grandes piedras planas, “pasaderas”, para atravesarlas  sin mancharse.

d) Que recogían el agua de la lluvia por medio de canalillos que desembocaban en aljibes circulares.

 

Pasamos junto a  la reconstrucción de una casa celtíbera y otra romana con su mobiliario y enseres...pero no nos detenemos porque el tiempo pasa y hemos de volver a Soria.

 

La vista a esta ciudad comienza en el Plaza de Herradura, extramuros de la muralla; seguimos, ya intramuros, a lo largo de ésta defendida por los habitantes de la casas construidas junto a ella. En la Plaza de San Clemente, observamos, primero,  el palacio de los Ríos y Salcedo, que lleva en su fachada los escudos nobiliarios de ambas familias; a continuación visualizamos la ventana partida, de estilo renacentista, que hay en la esquina de la casa y palacio de Diego Solís, del XVI, de tres plantas, con su escudo nobiliario en el frontal. Llegamos a la puerta del sencillo palacio del Vizconde de Eza, que nos recuerda su carácter de noble con su escudo correspondiente y con la cadena indicadora de que  aquí durmió, por ejemplo, el Rey Alfonso XIII. Ahora nos paramos un momento frente al antiguo colegio de los jesuitas, de portada barroca; hoy es Instituto “Antonio Machado” como bien nos recuerda el busto del insigne escritor que pasó por este Centro.

 

En la plaza adjunta, se halla la primitiva iglesia de Santo Tomé, que hoy se llama de Santo Domingo para ostentar el mismo nombre que el de la Orden del convento de dominicos que se le adosó en el S. XV.

 

Este templo es de finales del XII. Su fachada es una bella muestra del románico. La puerta tiene seis columnas abocinadas con capiteles florales. Su tímpano lleva  figuras en relieve entre las cuales vemos la del Padre Eterno con su Hijo en brazos y la Virgen, San José y cuatro ángeles a los lados.

 

Y en las  cuatro arquivoltas podemos ver:

 

- En la interior se representan los veinticuatro ancianos del Apocalipsis tañendo instrumentos musicales.

- La matanza de los Santos Inocentes queda representada en la siguiente arquivolta.

- En la tercera, el nacimiento de Jesús y la adoración de los pastores.

- Por fin, en la última, vemos escenas de la Pasión y muerte de Jesús.

 

Por otro lado, toda la portada está recorrida por dos series de arquerías ciegas de clara influencia francesa. En la arquería superior hay dos esculturas muy deterioradas que se cree representan al rey Alfonso VIII y su esposa Leonor. Arriba, vemos un rosetón abocinado, del XIII, cubierto de relieves.

 

El interior de la iglesia está tan modificado que no cabe distinguir claramente el estilo románico original.

 

El paseo continúa. Ahora nos detenemos en la casa nº 4 de la calle Estudios donde vivió Machado y, a continuación, lo hacemos ante el palacio de los Condes de Gomara (S. XVI). Seguimos por la calle Zapatería hasta llegar a la Plaza Mayor a la que accedemos por el Arco del Cuerno. A la derecha de éste, saliendo, todavía se conserva una zona de edificios porticados; a la izquierda, la iglesia románica de La Mayor, que sólo conserva la torre y su sencilla fachada originales, famosa por ser aquí donde contrajeron matrimonio el escritor Machado y su joven esposa Leonor.

 

Enfrente del Arco, el Ayuntamiento (S. XVII), llamado de los Doce Linajes nobles que primitivamente se asentaron en esta ciudad y que se recuerda con los doce escudos nobiliarios dispuestos en círculo. A la izquierda, el palacio de la Audiencia.

 

Más allá, la iglesia de San Juan de Rabanera, nombrada así por ser los emigrantes de este lugar (Rabanera, cerca de la laguna Negra, Burgos) los que levantaron el templo a sus expensas a finales del XII.

 

Es interesante su ábside con arquivoltas ciegas y figuras en relieve; su portada con cuatro arquivoltas planas que descansan sobre capiteles historiados; en su tímpano vemos a San Nicolás, flanqueado por acólitos y otros personajes. El santo, a pesar de estar  sentado, pero sobresale de los demás: “Es que yo soy el más importante” – les (nos) está diciendo.

 

¿Y por qué no San Juan que es el titular de la iglesia? – nos podrá preguntar el lector.

 

La razón es muy sencilla: - Porque el tímpano se trajo de la iglesia de San Nicolás, derribada a finales del XIX –

 

El interior tiene planta de cruz latina, cosa poco frecuente en su época de construcción. Nos llama la atención también la bóveda tan fea que tiene y la malísima reconstrucción que se ha hecho de esta iglesia en estos últimos tiempos.

 

 

 

 

San Juan de Duero

Imagen: Robledo

 

 

 

Después de almorzar, los viajeros nos dirigimos a San Juan del Duero para ver su monasterio románico (S. XII) de los Caballeros de Orden de los hospitalarios de San Juan de Jerusalén.

 

El templo tiene numerosos elementos orientalizantes. Así, en el interior, a ambos lados del ábside, hay dos altares bajo baldoquino sostenidos por columnas con capiteles decorados con seres fantásticos en unos casos y paisajes bíblicos, en otros.

 

Del claustro (S. XIII),  adosado al S. de la iglesia, sólo quedan las arcadas con arco de medio punto en uno de los lados; apuntados, en otro; de herradura, en un tercero, y entrelazados, en el cuarto. Se evidencia en ellos la influencia árabe y, tal vez, mudéjar.

 

- Exhaustivo día- se dice este cronista y aún  nos queda la Concatedral de San Pedro donde se expone ese evangelio del arte titulado “Las Edades del hombre”.

 

Y llega el quinto día. Al contrario que Almanzor en 1002, nosotros conquistamos Calatañazor entrando por su única calle que nos lleva hasta las ruinas de su castillo.

 

- ¡ Estamos en otro mundo ¡ ¡ Hemos retrocedido varios siglos¡ - se dicen algunos viajeros al verse entre casas de piedra con balconadas, aleros de madera y grandes y curiosas chimeneas.

 

Aquí, perdió el tambor el moro Almanzor cuyo busto nos recuerda su paso por estas tierras.

 

Los cristianos, a su vez, rezaron en su iglesia románica con su torre   adosada a la izquierda de la portada. Es un templo de una sola nave, con el arco de su puerta decorado con sencillos motivos vegetales y animales mitológicos en los capiteles de las columnas. Por encima del arco, un alfiz rectangular y sobre él, tres arcos ciegos.

 

El altar mayor es gótico con bóveda de crucería. En el muro de la derecha,  hay una impresionante talla gótica ( S. XV) del Santo Cristo del Amparo, de gran fuerza expresiva. Realizada en madera de sabina mide 1,90 m. de alto por 1,70 m. de ancho.

 

En la sacristía – museo pueden verse cosas bastante interesantes: lienzos, tablas, pergaminos que contienen los privilegios concedidos por los reyes castellanos a la villa y, sobre todo es de admirar una talla policromada de la Virgen del Castillo (S. XII).

 

 

 

Calatañazor

Imagen: Robledo

 

 

 

Impresionados por a belleza y originalidad de Calatañazor, continuamos viaje hacia San Esteban de Gormaz, plaza recuperada para Castilla por el Cid en 1504. Aquí visitaremos dos de las iglesias más representativas del románico soriano: San Miguel y Santa María del Rivero.

 

San Miguel es una de las iglesias más antiguas de Castilla: 1081 es la fecha que podemos leer en el libro que porta en sus manos un monje esculpido en uno de los canecillos del pórtico. Pero lo más emblemático de ella es su pórtico adosado al lado sur de la iglesia. Tiene siete arcadas y en sus capiteles, los artistas mudéjares representaron elementos de la decoración islámica tales como personas con turbante, guerreros, leones, danzarines, el pavo real...Pórtico que lo mismo acogía a los viandantes en los días fríos y lluviosos que servía de foro para las reuniones de vecinos.

 

En su interior, con una sola nave, dado que se está restaurando, sólo podemos ver algunos frescos muy deteriorados en sus paredes.

 

Santa María del Rivero, aunque abierta al culto, sólo conserva algunas arcadas de las once que tenía su pórtico. En su interior sólo merece la pena el magnífico artesonado del S. XVI. Lo demás, demasiado transformado para nuestro gusto.

 

Un breve paseo por San Esteban completa el día y el Viaje cultural. Desandamos el camino y, tras la breve parada para el almuerzo, arribamos a Córdoba sin novedad alguna.

 

 

 

 

Viaje a Aracena y Minas de Rio Tinto.

 Por Nieves Torrent.

 

El sábado 17 de Octubre, 09,  nos pusimos otra vez en camino los asociados para visitar estos lugares tan pintorescos.  Nos alojamos en “Villa Onuba”, una casa de retiro de los Hermanos Maristas, con  un jardín botánico con más de 120 especies diferentes, respirando un aire de paz y tranquilidad, nos dio tiempo de pasear por sus jardines.

 

 

Grupo de asociados

Imagen: Robledo

 

 

Ha sido un viaje distinto, por quedarnos a dormir en medio del campo, con mucha tranquilidad y el olor a naturaleza. La limpidez del cielo estrellado precioso nos permitió ver la Via Láctea por primera vez, pues en nuestro cielo de por aquí imposible.

Por la tarde, nos fuimos a Aracena, visitamos primero la Gruta de las Maravillas, lo más notable de este lugar, que fue descubierta a finales del s XIX, y abierta al público en 1914. Su longitud, sus lagos  y la abundancia y variedad de formaciones, hacen un conjunto de gran belleza, algunos de nuestros asociados aguantaron muy bien la subida y bajada de tantos escalones. Cuando salimos nos fuimos hacia el tren para iniciar nuestro recorrido hasta la cima de la montaña, donde se encuentran los restos del castillo mudéjar.

En su interior, dominando todo el valle, se encuentra la iglesia de Ntra. Señora del Mayor Dolor, s. XIII -XV, es la iglesia más antigua de Aracena, de tres naves a igual altura  con coro a los pies y presbiterio poligonal, se paralizan las obras y se reanudan a principios del s. XV en la que se aprecia el influjo de la catedral de Sevilla. Tiene una torre mudéjar situada en la nave del evangelio, decorada al estilo de la Giralda, se remata el conjunto con una cruz floreada, que se dice representativa de la Orden del Temple. Continuamos el descenso en el tren y visitamos otra iglesia, la de Ntra. Sra. De la Asunción, sus obras se iniciaron a principios del s. XV, se intenta finalizar en el s. XVII, y continuaron las obras hasta los años l970, y se consigue finalizar en el año 2008, que se abre al público.

Es un edificio de arquitectura renacentista de tres naves, al que se le adosan varias dependencias. Continuamos a pie nuestro recorrido, pasando por el Ayuntamiento, de estilo regional andaluz de principios del s. XX, y así por delante de  varios edificios con portadas de principios de siglo XX.

Aracena cuenta con un interesante museo al aire libre de esculturas modernas, en diferentes materiales y muy bonitas.

Regresamos hasta el autobús (previamente nuestros socios como locos a comprar en la dulcería del pueblo). Como nos daba tiempo, paramos en Fuenteheridos, el pueblo es más pequeño que Aracena, y tiene su encanto, con una fuente (que le da nombre al pueblo con muchos caños), lo de heridos se le añadiría más tarde, pero esta historia ya no me la sé.

Domingo 18: En carretera para estar a las 10 de la mañana en la puerta del Museo Minero, este Parque Minero de Río Tinto, tiene 5.000 años de historia, y nos gustó mucho a todos. Se llama Museo “Ernest Lluch” que era ministro en esa época, y después lo mató la Eta, está ubicado en las antiguas dependencias de lo que era el hospital, en la época de los ingleses, tiene unas salas muy interesantes, una reproducción de una mina romana, sala de restos romanos, con varias sepulturas y materiales encontrados en la misma. Otras salas con piezas relacionadas con la minería y la metalurgia de todos los tiempos. Estuvo muy interesante.

 

 

Río Tinto

Imagen: Robledo

 

 

De allí, otra vez al autobús al paseo en tren minero que está en las afueras del pueblo. Nos hizo un recorrido de 12 kilómetros por la orilla del Río Tinto, (que era el recorrido auténtico que hicieron los ingleses), estuvo muy bonito, nos hizo una pequeña parada, y como locos bajamos hasta la orilla a tocar el agua (que mancha y las fotos de rigor).Volvimos al pueblo a comer, donde nos esperaba el del restaurante (la comida fue muy rica y abundante) y de allí rápido, a ver la mina Peña del Hierro, a cielo abierto.

Peña del Hierro: Estuvimos a pie de una mina autentica, que estuvo en productividad hasta el año 1972. Se trata de una mina con unas leyes en metales bastante altas, debe su nombre al gran crestón ferruginoso que corona la mina, está en la llamada “La Faja  Pirítica Ibérica, materiales con una edad de 300 millones de años y con un origen volcánico sedimentario, por esta razón éstas tierras poseen gran cantidad de metales y sulfuros, que han sido la base de la producción de esta comarca. Debido a los sulfuros olía un poquito mal al salir de la mina, pues había muchas piedras por ahí.

Entramos en la mina por el túnel que utilizaba el tren que sacaba los materiales fuera de la mina. Al final de túnel, nos encontramos al pie de la misma corta, algunas de éstas estaban desmoronadas, fue muy interesante, y como estábamos por debajo del nivel  del suelo, estaba inundada de agua.

 

 

 

 

 

Alhama de Granada....Epílogo de un buen año 2009

(21 de noviembre de 2009)

 

Por Baldomero Alcaide Pérez.

 

Llegamos a Alhama en  un plácido viaje endulzado por regalos y anisados de Rute, gentileza de nuestro buen amigo y compañero Paco Porras.

 

Alhama, del árabe al – hamn, el baño – es una población situada a 895 metros de altitud y de unos 6.000 habitantes. Está separada de la comarca malagueña de la Axarquía por las sierras Almijara y la de Tejeda.

 

 

 

Alhama de Granada

Imagen: Vilchez

 

 

 

Cuando era la Astigis Juliense romana, estaba situada sobre el cerro del balneario. Su actual emplazamiento sobre un promontorio  rocoso, cerca de los tajos, se debe a los árabes que la asentaron aquí para una mejor defensa, pues era ruta obligada de Granada a Málaga por el paso del Boquete de Zafarraya.

 

La Alhama árabe estuvo totalmente amurallada con dos únicas puertas: la de Granada, al norte, y, al sur, la de puerta de Málaga.

 

Fue conquistada para los RR. CC. en 1482. Su toma fue una sorpresa para los propios árabes que estaban demasiados confiados en que la ciudad era inexpugnable. Sin embargo, Juan Prados y otros escalaron la muralla y precipitaron la caída de la ciudad, hecho que tanto pesar y desconsuelo causó al rey de Granada como nos recuerda el romance: “Cartas le fueron venidas / que Alhama era ganada (...) / ¡ Ay de mi Alhama¡”

 

Nuestra guía, Mª Carmen, nos lleva ahora al Balcón de las Peñas. Desde aquí contemplamos los impresionantes tajos excavados a lo largo del tiempo por el río Alhama, que en algún lugar tienen hasta 80 metros de altura. En el fondo del tajo se ven molinos harineros y fábrica para la producción de energía eléctrica, hoy en día todo abandonado.

 

El primer edificio importante que vemos a extramuros de la muralla fue la iglesia de Nuestra Sra. del Carmen, sede los Carmelitas Descalzos. Saqueada y abandonada después de la Guerra 36, ha sido almacén, granero, garaje,....Hoy se está reconstruyendo.

 

Tiene planta de cruz latina y su construcción abarcó desde el S. XVI hasta el XVIII. La obra se empezó por los pies de la nave central, cosa que se nota observando que la entrada de la iglesia es renacentista, mientras que los brazos de la cruz, la cúpula con frescos muy deteriorados y el presbiterio ya son barrocos.

 

En el lado derecho de la nave principal hay varias pequeñas capillas,  con arcos de medio punto que se sustentan sobre pilares, que sirvieron como enterramientos de familias importantes, pues vemos sus escudos esculpidos en la clave de los arcos.

 

En el lado izquierdo, está la capilla de la Virgen de las Angustias, de planta hexagonal, toda ella en piedra. Detrás de su altar, el camarín con la imagen de la Virgen entre dos columnas salomónicas, hechas en mármol rosa.  A derecha e izquierda del altar, ocupando cuatro lados del hexágono, vemos otros cuatro altares sin ningún tipo de decoración ni imágenes.

 

En la cabecera de la iglesia, detrás del altar mayor, el camarín de la Virgen del Carmen decorado con estucos sin dorar ni pintar, y debajo, una cripta mandada construir por Rodrigo de Bazán y Maldonado.

 

Paseamos ahora por el adarve del pueblo. Nos detenemos en la pétrea Cruz Verde  o Cruz de los ajusticiamientos donde, según la leyenda fueron colgadas la cabeza y la mano derecha de un galeote que, escapado de Málaga, llegó a Alhama y  robó en la iglesia del Carmen  y, aunque huyó a continuación, pronto cayó en manos de la ley que lo ajustició en Alhama, lugar de sus últimas fechorías.

 

 

 

Alhama de Granada

Imagen: Vilchez

 

 

 

Por el lugar donde estuvo la puerta de Málaga, entramos en la Alhama árabe. Recorriendo sus calles estrechas y empinadas pasamos por la presunta  Casa del Inquisidor de tres plantas, hecha en estilo gótico isabelino. Encima del dintel de la puerta de entrada, vemos grabadas unas llaves cruzadas y, encima de ellas, una mitra o tiara.

 

La pared de su primera planta está decorada con conchas y puntas de diamante. La segunda, tiene una ventana partida por una columna central; bajo su alfiz, quince bolas góticas,  y,  en uno de sus extremos, se ve como un diablillo, con una cadena al cuello, que parece tirar de las bolas. La tercera planta, no merece nuestra atención, ya que es de construcción reciente.

 

Ahora nos acercamos a la iglesia de Santa María de la Encarnación, levantada sobre el solar de una antigua mezquita – aljama  por expreso deseo y bajo el patronato de los RR. CC. Es de estilo gótico tardío continuado por el renacentista.

 

Se orienta al E, como se muestra con el reloj de sol grabado sobre uno de los contrafuertes de la puerta de entrada o Portada del Sol. Actualmente, esta portada es barroca, levantada entre dos contrafuertes que ocultan la primitiva construcción. Es muy sencilla: sobre dos pedestales, se alzan dos columnas dóricas y el típico frontón barroco. En el centro: una hornacina con la Virgen de Jamilena, como la llaman los alhameños.

 

Entrando en el templo, a unos dos metros del dintel, aún se conserva la primitiva portada del gótico isabelino. El interior es de una sola nave con cuatro bóvedas estrelladas con nervaduras. A los pies, el  coro, separado por tres arcadas de arcos carpanel que se apoyan sobre dos columnas y las paredes del edificio.

 

En la pared, debajo del coro, cuelga un cuadro denominado “Cristo sin rostro”, atribuido a Alonso Cano. Parece ser que Alonso Cano, que acudía a los baños de Alhama, trabó amistad con el superior de los carmelitas, y, por eso, pintó este cuadro.  Mas, sucedió que no acababa de gustarle a uno de los siguientes superiores del convento; así, pues, dado que tenía ciertas dotes de pintor, le retocó el rostro a su gusto. Cuando, años después, Alonso Cano vio cómo habían modificado su obra, montó en cólera y, borrando la cara que había pintado el fraile, le devolvió la suya original, dejando, eso sí, el paisaje de fondo: el Boquete de Zafarraya.

 

En el lado de la Epístola, un púlpito gótico mudéjar hecho en piedra y cuatro capillas de enterramientos; las dos más cercanas a la cabecera tienen arco apuntado y las otras dos, de medio punto.

La visita prosigue en el Museo Parroquial que exhibe ornamentos religiosos bordados en oro, plata y seda, cálices, copones, una custodia, ... El más antiguo es una dalmática de color rojo que dicen que perteneció a la reina Isabel y que fue la que usó el cardenal Mendizábal cuando bendijo este templo.

 

Fuera de la iglesia, detrás de su cabecera está la Plaza de los Presos, antes medina árabe y, después, plaza real. Desde aquí observamos la torre de la iglesia, de 35 metros de altura, ora de Diego de Siloé y nos damos cuenta de cómo la cabecera de  la iglesia se encuentra dentro de la estructura de la torre. Torre de tres pisos: el primero, con sillares lisos, y los otros dos, de estilo renacentista, con sus correspondientes huecos para las campanas.

 

En esta plaza se encontraban antiguamente el Ayuntamiento, el Pósito y la cárcel.

 

La cárcel fue construida en tiempos de Carlos II. Aún se conservan dos ventanas con rejas originales de doble enrejado. En una de sus paredes hay un escudo con los siguientes elementos: castillo con tres almenas y, sobre la del centro, una granada. Del castillo salen dos brazos – señal de fuerza – que sujetan dos llaves – las de las dos puertas de la ciudad -  Alrededor del castillo, tres escalas que no se sabe si representan las escaleras que usaran los cristianos para asaltar la muralla o los tres ataques del rey Muley Hacén  para reconquistarla.

 

En esta plaza se levantó en el s. XVI el Pósito sobre el solar de una antigua sinagoga. Construido con cantería, estilo renacentista, tiene una gran portada con arco de medio punto y, sobre él, se ve labrado el escudo de Alhama.

 

Por la calle de Vendedores bajamos hasta el primer hospital de sangre del reino de Granada: el Hospital de la Reina, levantado sobre un palacete nazarí por mandato de Isabel I y a expensas del propio Patronato de los RR. CC.

 

Portada sencilla de estilo renacentista. En la esquina izquierda, una calavera grabada en piedra nos recuerda que por allí moraba la muerte.

 

Un pequeño patio interior sirve para la distribución de las diversas estancias. En la escalera, haciendo una cúpula hexagonal, se ve un magnífico artesonado mudéjar. Estilo que también se observa en el artesonado de la Sala Noble, lugar donde se encamaba a los enfermos. En la sala donde tal vez estuviera el quirófano, destaca la originalidad de su puerta de madera con cuarterones; en los del entro aparecen grabadas una Y  entre una  A y una Z (el alfa y el omega de nuestro abecedario).

 

Salimos del Hospital y giramos a su izquierda para tomar la calle Caño Wamba, que toma su nombre del homónimo de la fuente que al final de la misma. ¿Estuvo, tal vez, por aquí el rey visigodo que se recuerda con esta Fuente, construida en 1533 como primera fuente pública del pueblo?

 

No se sabe. Lo que sí es verdad es que es la representación plástica del poder cristiano tras la Reconquista pues en su piedras están grabados los emblemas de Isabel (yugo) y Fernando (flechas) a ambos lados del escudo de Carlos I, muy erosionado por cierto.

 

Recorriendo las calles del pueblo, llegamos hasta la ermita donde se encontró la Virgen de las Angustias, hoy en la parroquia Ntra. Sra. del Carmen. Hoy se encuentra en estado ruinoso gracias al paso del tiempo, pues fue levantada en el XVII,  y a la dejadez de los hombres.

 

Continuamos por el Adarve de las Angustias  desde el cual vemos, al otro lado del tajo, un trozo de la calzada romana que conducía al poblado romano de Astigis.

 

Bajamos hasta las mazmorras que son dos excavaciones en la roca de unos 9 metros de diámetro por 5, de altura y bases circulares. Están rematadas con lucernas circulares de unos dos metros de diámetro, cubiertas con grandes losas de piedra. Son de construcción musulmana, período nazarí sirvieron como prisión de cristianos, primero, y luego, de musulmanes. Posteriormente, como silos, cárcel y viviendas, sucesivamente.

 

Subiendo la cuesta del Adarve, llegamos a la calle con casas con escudos nobiliarios sobre el dintel de la puerta. Por ejemplo, la casa de los Toledo, de cinco plantas: la inferior usada como bodega; la segunda, como caballerizas; la de la portada, con zaguán, da paso a un patio porticado; la cuarta, la vivienda del señor, y la última, con varias ventanas a la calle, un secadero de lana.

 

Un poco más adelante, también nos llama la atención la de los Aguilera, escribanos de oficio. Es de tres plantas y sobre el balcón de la segunda hay un friso triangular con el águila del escudo en el centro.

 

 

 

Alhama de Granada

Imagen: Vilchez

 

 

 

Comemos en el balneario. Después visitamos los baños árabes levantados sobre restos romanos del s. I o eso nos pareció al ver el llamado Baño de la Reina. Otro de los baños tiene arcos califales apuntados del s. XIII.

 

No termina la tarde aún. Nos queda un paseo relajante por la alameda de la instalación hasta llegar a la piscina de agua caliente que algunos bañistas no dudan en disfrutar.

 

Una vez en Córdoba, nos damos cuenta de que ha sido un buen epilogo a un 2009, un buen año asociativo.

 

 

 

PREMIOS “JUAN BERNIER” 09

 

Toda entrega del Premio “Juan Bernier” es especial, porque en ella se hacen públicas las cualidades que adornan específicamente a los merecedores de nuestro reconocimiento.

La XVI edición no podía ser una excepción; también tiene su característica que la diferencia de anteriores ocasiones. La Asociación “Arte, Arqueología e Historia”  reconoce este año la excelencia de lo sencillo.

 

 

Edición 2009

Imagen: Robledo

 

Así se pone de manifiesto al conceder el “Bernier Arte, 09” al grupo musical Cinco Siglos”  que, cual hormiguitas  en silencio y persistencia,  han regalado al mundo más de doscientos instrumentos musicales con los que interpretan y difunden la llamada música antigua.

Así se prueba con el Bernier Arqueología, 09” con el que reconocemos que Silverio Gutiérrez Escobar  es el “agua humilde que trabaja (el campo ayudando silenciosamente a la “nieve (de la Arqueología)  que viste (a la ciencia de) armiño”.

Así se demuestra con el “Bernier Historia, 09”que hace público que el historiador y escritor José Calvo Poyato tiene tal maestría que su obra es leída tanto por los especialistas como por los simples amantes de la Historia.

En consonancia con lo antes dicho, el Salón de Actos de la Delegación Provincial de Cultura, el domingo, día 29 de noviembre de 2009, a las 12:00 horas,  se vistió de gala para dar lectura a los méritos de nuestros “Bernier 09” y entregarle los diplomas correspondientes a quienes,  este año, la Asociación “Arte, Arqueología e Historia” ha considerado que deben figurar en el elenco de personas que destacan por su excelencia en las ramas de la ciencia que cultivan.

Así lo ratificaron también las palabras de la Autoridades presentes  y el aplauso del público asistente.

 

 

 


[1] Yacimiento arqueológico de Conimbriga (Portugal), visitado recientemente por la Asociación en su último viaje de verano

[2] Junto al 1º arco se encuentra la casa del cantaor  Cayetano Muriel, Niño de Cabra.

[3] Cantar del Mío Cid.

[4] Deteriorada porque hasta hace poco estuvo ubicada en los jardines a la intemperie.

[5] Los restos de Cisneros reposan hoy en la Catedral. En la Capilla de san Ildefonso, sólo queda el sepulcro iniciado bajo la dirección de Doménico Fanchelli y terminado por Bartolomé Ordóñez. Está hecho en mármol de Carrara. En sus esquinas inferiores tiene cuatro grifos; en las superiores, los cuatro padres de la Iglesia, y en los laterales, el Trivium y el cuadrivium. En lo que sería la tapa, una estatua yacente de Cisneros.

 

 

 

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