SEMINARIO

CÓRDOBA ARQUEOLÓGICA

 

 

 

 

Actividades - Año 2007

 

Ildefonso Robledo Casanova

 

 

 

 

 

 

 

EXCAVACIONES EN LA

CUEVA DEL CAÑAVERALEJO

 

ADAMUZ

 

 

Cueva del Cañaveralejo, Adamuz - Corte I

 

 

 

Los trabajos en la cueva del Cañaveralejo se iniciaron en julio de 2006, si bien han pasado por varias etapas de paros en los trabajos, sobre todo en momentos lluviosos, en que la humedad que reina en la misma impide el avance de su estudio, ya que la cueva se inserta en un conjunto de afloramientos calizos situados entre el valle y la sierra en los que la acción del agua se sigue todavía percibiendo. De hecho, durante nuestra visita tuvimos oportunidad de contemplar como el agua sigue todavía goteando desde sus alturas chapoteando de manera intermitente.

 

En la cueva, situada en las inmediaciones de la carretera que desde Adamuz se dirige a Obejo, cerca del lugar en el que se unen los arroyos Pedrocheño y Cañaveralejo, se han realizado tres sondeos. En el primero, en las inmediaciones de su entrada, los resultados han sido ciertamente insatisfactorios ya que los materiales surgidos se han encontrado totalmente mezclados, sin duda arremolinados por los sucesivos arrastres de las aguas. Cerca de este sondeo, sin embargo, se encuentra un inmenso bloque calizo desprendido tras el cual existe una interesante galería, que habrá que estudiar más adelante, y acerca de la cual el profesor Martín de la Cruz nos indicó que piensa que puede aportar interesantes datos dada su situación marginal.

 

En esta parte de la cueva, cuando la misma se ponga en valor, se tiene intención de situar el vestíbulo en el que se recibirá a los visitantes.

 

 

Cueva del Cañaveralejo, Adamuz - Corte II

 

 

  

El segundo sondeo realizado, situado a un nivel medio de profundidad de la cueva, tampoco ha aportado datos arqueológicos de especial interés, ya que se han encontrado sobre todo bloques calizos desprendidos en diversos momentos, que se nos muestran rellenos de restos de tierra y de vestigios de sucesivas ocupaciones, también sin orden alguno, y todo el conjunto atravesado por una red de madrigueras que lo atraviesan todo. Esos desprendimientos calizos, sin embargo, están brindando datos de especial interés a la hora de  abordar el estudio geológico y morfológico de la cueva, contribuyendo a facilitar los trabajos de definición de los perfiles que en los sucesivos momentos geológicos ha tenido la oquedad.

 

 

Cueva del Cañaveralejo, Adamuz - Corte III

 

 

 

En el tercer sondeo, finalmente, ya en la parte más interna y elevada de la cavidad, si se ha podido documentar con claridad una secuencia fiable acerca de la ocupación de la cueva por el hombre en diversos momentos históricos.  Los vestigios más antiguos encontrados en la cueva, de momento muy frágiles, permiten sospechar que el lugar ya tuvo algún tipo de ocupación en el Paleolítico Medio. Sin embargo, es a partir del Neolítico cuando los restos arqueológicos se manifiestan bien documentados y nos hablan de una presencia del hombre en el entorno del 4.500 – 5.000 a.C.  Está igualmente bien documentado el uso de la cueva en los tiempos del cobre y todo parece indicar que es en el entorno del segundo milenio a.C. cuando esa ocupación se interrumpe. A partir de ese momento solo se han identificado algunos restos ibéricos o romanos muy dispersos. Se sabe que en tiempos recientes el recinto fue utilizado por los lugareños como redil para el ganado.

 

Hasta el momento no se han encontrado vestigios que puedan hacer pensar que en alguno de los momentos en que la cueva fue usada por el hombre alguna parte de ella fuera utilizada como espacio de enterramiento. No se han identificado, en ese sentido, restos humanos que pudieran hacer pensar en esa posibilidad.

 

 

Cueva del Cañaveralejo, Adamuz - Corte III

 

 

 

La tierra , el agua y el hombre

 

En la parte más profunda y elevada de la cueva es donde el equipo que está estudiando la misma ha encontrado las costras calizas más antiguas. Fue en este espacio en donde la cueva surgió en su fase inicial.  Hace unos 150.000 – 100.000 años se habría producido el proceso de encajamiento del arroyo Cañaveralejo, que había inundado antes buena parte de la cueva y que poco a poco se fue retirando de la misma. Cuando el río quedó encajado en un cauce ya alejado de la gruta fue cuando la misma se fue desecando permitiendo su uso por el hombre, quizás –piensa el profesor Martín de la Cruz- en algún momento del Paleolítico Medio, lo que está, no obstante, pendiente de confirmar con claridad en estos momentos.

 

Deseamos desde este espacio agradecer la amabilidad de José Clemente Martín de la Cruz y de las personas de su equipo al haberse brindado a explicar a nuestros asociados con todo lujo de detalles los trabajos que vienen realizando en la cueva del Cañaveralejo y deseamos que todos sus proyectos de puesta en valor de la misma y de su entorno, en lo que tanto interés tiene el Ayuntamiento de Adamuz, se vean culminados con el éxito dentro de pocos años.

 

 

Cueva del Cañaveralejo, Adamuz - Galeria que se inicia en el vestíbulo

 

 

 

Esperamos, entonces, poder volver a la cueva y sentir de nuevo las singularidades de la misma, entrando –como nos recomendó el profesor- de uno en uno, en silencio, con lentitud, para percibir en nuestros sentidos esa extraña sensación que en el hombre moderno se produce cuanto penetra en un espacio impregnado por las energías de la tierra, sensación que en lugares como este, una cueva que se interna en la roca y en la que todavía el agua sigue latiendo, se vive con especial intensidad. El entorno agreste de su entrada, plenamente inundado en abril por el verdor de la sierra, contribuye –sin duda- a que esa tan extraña como grata sensación se incremente.

 

 

Miembros del Seminario "Córdoba Arqueológica" con don José Clemente Martín de la Cruz

 

 

 

 

 

 

CUEVA DEL CAÑAVERALEJO