“La flor entre espinas1 a la sombra del Espadón”
Sábado, 12 de febrero de 2011.
Juan P. Gutiérrez García
Esta vez, nos hemos ido a la parte oriental de la provincia de Granada para conocer la “espina entre el espadón”, la Alfeia fenicia, que luego pasó a ser Tricolia para los romanos, Loxa para los árabes y, por fin, Loja para estos viajeros curiosos, nombre con que llamanos a esta “Ciudad del agua” desde que el rey Fernando el Católico, 1486, la donara a nuestro Gonzalo Fernández de Córdoba para endulzarle el destierro a que lo condenaba.
Uno de los primeras cosas que llama la atención a los visitantes es la calidad de sus paisajes. Por ejemplo, animamos al lector a que siga la “Ruta de los (15) Miradores” , señalizados con el personaje a quien están dedicados: Marx (el de la risa), Valdelomar, Reina Isabel, Moraima, Aliatar, Narváez, Pérez del Álamo,..
Acérquese al Mirador “Silvania”. Desde este lugar podrá vez la instantánea de esta ciudad (Silvania) que, en 1933, Leo Mcney, dejó impresa en la película “Sopa de Ganso” protagonizaba por Groucho Marx.
Pero no se quede en la anécdota. Si mira más allá podrá distinguir perfectamente la alcazaba nazarí (colina) y su torre ochavada; las torres de la Iglesia mayor de la Encarnación, Santa Catalina y San Gabriel. Y al fondo, el Valle del Genil, entre el Monte Hacho (tiene una caseta blanca encima) al N. y la Sierra de Loja al S.
Nos damos la vuelta y, frente a nosotros, tenemos una pequeña capilla, construida entre los años 1875 a 1883, adosada al lateral izquierdo de lo que fue el convento de Santa Cruz, luego reconvertido en el Asilo de San Ramón.
Dentro yacen los restos del lojeño Narváez2 con su uniforme de gala (ora del escultor Moltó), porque “hasta en el campo de batalla le gustaba vestir de etiqueta” - ¿para cortejar a la muerte?, se pregunta este cronista.
En las paredes, al lado izquierdo unas lápidas nos recuerdan el enterramiento de sus padres; a cada lado de la puerta, otras, a su hijo Rodrigo y a su hija Consuelo (tenida fuera del matrimonio). En el lado derecho, sobre el suelo, las estatuas orantes de Pedro Tapia y Clara del Rosal y de Alarcón, fundadores del convento de Sta. Cruz. En unas vitrinas, un sable imitación del “espadón” y alguna curiosidad más.
A nuestro parecer, la ciudad de Loja sobredimensiona su atención a este militar (partidario del liberalismo, prisionero del Duque de Angulema, exiliado en Francia, isabelino en las Guerras Carlistas, diputado a Cortes Generales, opositor a Espartero, víctima de atentados (1843), presidente del gobierno (1844), impulsor de la Constitución de 1845, embajador en París, otra vez presidente del Consejo de Ministros (1847), reaccionario autoritario, “Espadón de Loja” para quien “los bramidos de los cañones son unos de los ruidos más tranquilizadores que existen”, coronel de la princesa (Isabel II), ... , “suspicaz y desconfiado hasta un punto que no podré nunca suficientemente expresar”3, vividor (en París y Madrid alquilaba palco por temporada en los teatros y organizaba muchas y variadas fiestas privadas) y mujeriego que, además, quería tener suerte en su matrimonio con Josefina Tascher y de la Pageire.
Tras la primera lección de historia, nos dirigimos ahora a la Ermita de Jesús Nazareno, s. XVIII, barroco, financiada por el pueblo con festejos y otros medios de recaudación,. Planta de cruz latina, una sola nave, con frescos en las paredes. Imágenes: Santa Marcela o Verónica, las Angustias y Jesús Nazareno. La mayoría de sus imágenes son obra de J. Garnelo.
Sede de la hermandad de Nuestra Señora de las Agustias. Desde aquí sale el Viernes Santo para recorrer todo el pueblo. Los hermanos porteadores de la imagen, cuando se acercan de regreso al templo, hacen la “corrilla” o último esfuerzo para entrar en la iglesia corriendo con el trono en alto, tras 9 ó 10 horas de procesión.
Del barrio del “Mesón del Arroyo” al de barrio de la Alfaguara, en pleno corazón de Loja, donde se encuentra la Fuente de los 25 caños o Fuente de la Mora, una de las 43 fuentes lojeñas. Ésta, en concreto, viene dejando aflorar el agua de la vecina Sierra Gorda desde el S. XVI para servir a las tenerías de ayer y adorno de la ciudad, hoy.
Muy cerquita, el lavadero público, instalado en el cauce de otra fuente, hecho a “iniciativa y a expensas del diputado del distrito Dn Manuel López de la Cámara (...) para servicio del vecindario”. Una lápida perpetúa tan “hermoso acto de especial desprendimiento y protección en nombre del pueblo”,20 de abril de 1914.”
Tomando ahora la Calle Real: abandono, especulación (edificio Telefónica), reconstrucción (cine Imperial),...nos acercamos a la gótico – mudéjar – neoclásica iglesia de La Encarnación, levantada sobre la antigua mezquita de la Lauxa , (Lawša)árabe.
Sus bancas son las antiguas butacas del cine Imperial. La parte gótica y su artesonados se restauran en los años 70. En el presbiterio, destaca una cruz de plata.
Sus capillas son posteriores a la Guerra Civil 1936 – 39. Recorreremos las siguientes:
- Virgen de la Soledad, que procesiona el Viernes Santo por la noche. Columnas del palacio de Aliatar.
- Virgen de la Caridad, patrona de la Ciudad.
- Capilla de Nuestro Padre Jesús de las tres caídas.
- Capilla de la Inmaculada con su altar de taracea en mármol.
En la parte gótica:
- Capilla de San Pedro, con bóveda de crucería y mármol en el altar.
- Capilla de Santa Rita
- A los pies: enterramientos que confunden al viajero. - ¿No era cerca del altar dónde se enterraban los benefactores de la iglesia?- Más allá, la pila bautismal, s. XVI.; a su lado un ara romana.
- Capilla de la Virgen de la Luz (Luna).
No es que estemos cansados, porque nuestra ocupación de hoy no es un trabajo. Pero no le viene mal al viajero “echar un cigarro” – en tiempos de prohibición – degustando los roscos de Loja (bizcocho, huevo y merengue) ¡Qué bien se compaginan la cultura artística con la gastronómica¡
Unas fotos en la plaza de la antigua Casa de Cabildos (s. XVI) y.. ¿qué torre aquella que se observa allá en lo alto?
- Es la torre ochavada.- nos informa nuestra guía.
- Subamos, pues – nos decimos. Y cuesta arriba nos vamos a curiosear en el recinto amurallado del Barrio militar..
Descanso ante el monumento a la hija de Aliatar, Moraima, presunta víctima de los matrimonios de conveniencia paterna y desdichada esposa, al fin, enamorada de su marido Boabdil.
Moraima llora cuando ve a Boabdilencarcelado por su propio padre; llora cuando tiene que visitar a su marido en la cárcel de Lucena; llora cuando tiene que entregar a su propio hijo para que los RR. CC. liberen al padre.
Ya estamos en lo alto de la Alcazaba: el barrio del Jaufín al N. y el Arrabal al S. cada uno rodeado de su propia muralla interna reforzada por torres cuadradas, semicirculares y octogonales (la ochavada). A su vez, la ciudad estaba protegida por una cerca con tres puertas: Granada (S), Alhama (E) y Archidona (W). Sistema defensivo almohade reformado en los S. XIII y XIV.
La Torre del Homenaje, con arco de herradura, que mira a Granada, nos ofrece dos mensajes:
Uno: “Alá es el único. No engendró ni fue engendrado”.
Dos: Escudo con una mano y una llave. La alcazaba se rindió cuando la mano alcanzó la llave, al destruir la construcción. De permanecer en pie, bien defendida, la mano jamás habría alcanzado la llave que abría las puertas de la fortaleza.
En el interior se encuentra el Caserón de los Alcaides Cristianos construido en 1616 por Pedro de Tapia, Fiscal General del Reino y alcaide de la fortaleza. Las estatuas orantes de D. Pedro y de su mujer Dª Clara del Rosal Alarcón, traídas del desamortizado y desaparecido convento de Sta. Cruz. Es un edificio de dos plantas que, actualmente, alberga el Museo Histórico Municipal distribuido en cinco espacios temáticos.
En la planta baja: molinos de cereal barquiformes y de carrete; una placa de prensa oleícola; basas y fustes de columnas procedentes de excavaciones de la ciudad; muestras calizas fósiles, maqueta del sistema amurallado de la ciudad; fragmentos de vasos y cerámicas; pesas y fusayolas, colgantes, candiles, redomas, bolaños, tinajas,...
En la planta alta: restos de escaleras; exposición de los retratos de reyes árabes (desde Muley Hacen hasta Muhammad XI; ejemplares de documentos de la Loja de 1789 y Reales Cédulas; colección de monedas; retablo del Convento de San Francisco con carey incrustado (S. XIX); bordados de estandartes y máscaras de Semana Santa; enterramiento tardo – romano; urnas y otros elementos del ajuar funerario; morrión de incensario...
Es curiosa la actividad de los incensadores en la Semana Santa, que, desde 1765, en “corrías” o grupos de ocho miembros tocados el morrión van quemando incienso a lo largo de la procesión, concentrándose de vez en cuando en lugares preestablecidos.
Al salir del MHA nos asomamos al paisaje desde el Mirador de Aliatar. Desde aquí se divisa la Ermita de las tres caídas (Calvario), San Gabriel, el Monte Hascho (a la izquierda), la sierra de Loja y la Cascada de los Infiernos de Loja.
Merece la pena darse un paseo hasta este enclave ecológico situado a unos dos kms de Loja. Es agradable la vista de los saltos de agua que se precipitan en forma de cascadas como colas de caballo.
- ¡Uff, qué tarde es¡ A comer... a Riofrío: trucha muy bien condimentada y muy bien servida. Convivencia muy animada. Sobremesa muy bien disfrutada. Pequeño paseo por las orillas de la piscifactoría y...a casa plenamente satisfechos.
Nota: Las fotos son de Juan de Dios Vílchez
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1 Atribuido a la reina Isabel la Católica.
2 Ramón María Narváez y de Campos, duque de Valencia. (Loja, 5 de agosto de 1800 - Madrid, 23 de abril de 1868).
3 Fernández de Córdoba. “Mis memorias íntimas”, Madrid 1966.
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