En 1890 Guillermo II ascendió al trono alemán, destituyendo como canciller al anciano Bismarck. Con este cambio, la política exterior alemana se encaminó a la búsqueda de la hegemonía en el mundo, comenzando un proceso que finalmente llevará a la I Guerra Mundial.
Alemania se lanzó a la construcción de buques de guerra, lo que fue respondido por Inglaterra con el desarrollo de un nuevo tipo de acorazados, los Dreadnought, cuya velocidad y poder de fuego hacían que ningún acorazado de la época pudiera vencerles.
Por otro lado, el colonialismo impulsó los choques entre potencias, más aún desde la entrada en escena de Japón y Estados Unidos. Las rivalidades territoriales se fueron haciendo cada vez mayores. Francia y Alemania mantenían un duro enfrentamiento desde 1870, cuando la primera se anexiona la Alsacia-Lorena. Finalmente, el gigante turco, cada vez más débil, no puede evitar la penetración del Imperio austro-húngaro y de Rusia en los Balcanes, un foco de tensiones nacionalistas.
Los enfrentamientos entre países hacen que no tarden en formarse alianzas y bloques. Los llamados "Imperios Centrales", Alemania y Austria-Hungría, formarán una coalición a la que se unirán Bulgaria y Turquía. Además, las colonias alemanas de Togo, Camerún, el Africa Oriental, Africa del Sudoeste y la Micronesia aportan materias primas y el control de estratégicas posiciones.
Frente a ellos se sitúan Francia, Gran Bretaña y el Imperio Ruso. Se les sumarán Serbia y Montenegro, Bélgica, Italia, Grecia, Rumanía, Portugal y, en el extremo oriente, Japón. Los aliados cuentan con extensas colonias en el continente africano, Canadá, las posesiones inglesas en América, parte de la Península Arábiga, la India, Australia y enclaves del Sudeste asiático y Oceanía. Además, se sumarán a la alianza EE. UU., todos los países centroamericanos y caribeños, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Brasil, Liberia, China, Mongolia, el Tíbet, Filipinas y el reino de Siam.
En un ambiente de gran tensión internacional, el 28 de junio de 1914 fue asesinado en Sarajevo el Archiduque Francisco Fernando, sobrino del Emperador Francisco José I y heredero al trono austro-húngaro. El atentado desencadenó una fatal serie de acontecimientos que desembocó en una guerra sin precedentes.
La Guerra comenzó inmediatamente. Alemania, encerrada entre sus dos enemigos, Francia y Rusia, se propuso atacar a la primera a través de Bélgica, esperando lograr una fácil victoria que le permitiera concentrarse después en el frente oriental. A finales de agosto de 1914 los alemanes se lanzaron hacia París. Las fuerzas francesas e inglesas se interpusieron para frenar el ataque alemán. La gran batalla se producirá en el Marne, entre el 6 y el 9 de septiembre.
Los alemanes dispusieron a sus tropas formando tres líneas de avance cuya intención era rodear París. Por su parte, los aliados dispusieron una línea defensiva con el 5º y 6º Ejército francés y el Cuerpo Expedicionario británico.
Los aliados, a la desesperada, decidieron iniciar ellos mismos el ataque. En la mañana del día 6 el 6º Ejército francés comenzó su avance. El 5º y el Cuerpo Expedicionario Británico aprovecharon para descargar todo su potencial y empujar sobre las líneas germanas. Con los alemanes resistiendo, el 6º Ejército francés estuvo a punto de caer, pero la llegada de 6.000 hombres de reserva inclinó la balanza a su favor. El comandante en jefe alemán, Moltke, se vio obligado a ordenar la retirada general.
La batalla del Marne, la primera de este nombre, segó las vidas de unos 250.000 franceses y alemanes, así como 12.000 británicos. Los aliados habían conseguido frenar a los alemanes, pero la situación era de empate táctico. Esto dio lugar a una larga guerra de trincheras que producirá miles de muertos, sin que ninguno de los adversarios consiga avances significativos.
Estancada la guerra en el frente occidental, en el oriental los rusos lanzaron a primeros de agosto un ataque imparable sobre Alemania, venciendo en Gumbinnen. Pero el avance ruso es detenido por las tropas del capitán general von Hindenburg. Rehechos los alemanes, a finales de agosto consiguieron la victoria en Tannenberg. El año 1914 se cierra con avances rusos en Austria-Hungría y con el fracaso de las tropas austro-húngaras en su ataque a Serbia.
1915 y 1916 son los años de la guerra de posiciones. Las naciones pusieron todo su potencial industrial al servicio de la guerra, lo que hizo que se alcanzasen una violencia y destrucción nunca antes vistas. Nuevas armas como granadas, lanzallamas, tanques, gases... incrementaron el horror de la guerra, pero llevó al frente occidental a un empate táctico..
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